Existen metales que son considerados como conductores perfectos e ideales de la electricidad. Se trata de metales no magnéticos, como es el caso del estaño, la plata, pero también el aluminio y el cobre. Pese a que en general se tiende a pensar que el cobre es el único conductor, toda la industria del cable y de la electricidad utiliza, en realidad, una muy amplia diversidad de conductores metálicos. No obstante, es cierto que, entre ellos, los más comunes son el cobre y, además, el aluminio. Esto se debe a propiedades tales como el peso, la tracción y, además, el costo económico. A continuación, te contamos lo que tenés que saber respecto a estos metales como conductores.
El cobre como conductor de electricidad
Como hemos dicho con anterioridad, es frecuente que, cuando se habla de un material conductor, especialmente en la industria de la electricidad, se tienda a pensar en el cobre. Esto se debe a que es uno de los más antiguos conocidos y empleados para estos usos. Es un material altamente conductor y dúctil, propiedades que han sido explotadas desde los primeros experimentos que se llevaron a cabo en la historia respecto a la electricidad. Algunos de los mayores exponentes de estos experimentos son los ya conocidos y renombrados Michael Faraday y Benjamin Franklin.
Desde sus comienzos, el cobre encontró una gran diversidad de usos y aplicaciones. Se lo utilizó en invenciones históricas como el motor eléctrico, el telégrafo y el teléfono. El cobre es el metal conductor más común, acompañado también de la plata, que ha empezado a ser reconocida con esa función hace un tiempo. Pero, además, el cobre lleva muchos años siendo considerado como un estándar internacional para todo tipo de aplicaciones eléctricas. Además de ser un gran material conductor, se debe decir que el cobre se destaca por ser un material resistente a la tracción. Pero, además, cuenta con capacidades de expansión y de conductividad de temperatura.
El aluminio como un conductor innovador
Pese a lo dicho con anterioridad y a la historia que el cobre tiene como el principal material conductor, a medida que el tiempo pasa, existe una apuesta cada vez más fuerte e importante por el aluminio. El aluminio cuenta con ciertas ventajas que, desde hace un tiempo, lo están volviendo más atractivo que el propio cobre para ciertas aplicaciones.
Lo primero que debemos aclarar es que, en realidad, el aluminio tiene el 60% de la conductividad del cobre. Pero, además, tiene solamente el 30% de su peso total. Lo que esto significa es que un cable pelado de aluminio pesa la mitad que un cable pelado de cobre, con la misma resistencia. Pero si, además, a esto se le suma que el precio por unidad de peso es también una tercera parte, estas características contribuyen a que el aluminio se esté convirtiendo en muchos casos en el material conductor por excelencia para muchas y diversas aplicaciones.
Los únicos conductores de aluminio sólidos o trenzados que se pueden utilizar según regulaciones internacionales son las aleaciones de la serie AA-8000. Esta serie cumple con todos los requisitos regulatorios del ASTM B800.
Las aleaciones de aluminio se han ido mejorando, a fin de lograr que estas puedan tener propiedades de fluencia y elongación similares a las del cobre. No obstante, siempre se recomienda tener especial cuidado con estas conexiones. Cuando se utiliza aluminio en aplicaciones en las que antes se solía utilizar principalmente cobre, es suficiente que se use un conductor de aluminio con dos AWG más grandes.